EL PINSAPO

 

El pinsapo (Abies pinsapo) es la especie estrella del Parque Natural Sierra de las Nieves. Este abeto, de porte generalmente cónico y color verde oscuro con tonalidades azuladas, puede alcanzar los 30 metros de altura y superar los 300 años de existencia. Las peculiares condiciones climatológicas, altitudinales y de orientación que posee el Parque han favorecido el crecimiento de la especie, que se desarrolla con preferencia en laderas de umbría orientadas al Norte y situadas en altitudes comprendidas entre 1.000 y 1.800 metros. Por tanto, el pinsapar se constituye como un bosque de ambiente húmedo y fresco, lo que unido a la abundancia de nieblas en su entorno da origen a paisajes de gran belleza y naturalidad.

 

Ejemplares centenarios

Se considera que es una especie relíctica de los antiguos bosques de abetos que cubrían la región Circunmediterránea durante la última glaciación, por lo que al subir las temperaturas quedó confinado a las montañas de mayor altitud con ambientes más frescos y húmedos, condicionantes que se cumplen en la Sierra de las Nieves. Su reducida distribución se ha visto agravada a lo largo de la historia por la presión que se ha ejercido sobre estos bosques (sobrepastoreo, aprovechamiento de madera y leña), quedando relegados a unas pocas hectáreas. A partir de los años 60, con la eliminación del pastoreo con motivo de proyectos de repoblación forestal en los montes de Yunquera y Tolox, se inició la recuperación del pinsapar y, en consecuencia, el aumento de la regeneración natural del mismo, lo que ha dado origen a una espectacular expansión de la especie.

Entre abril y mayo se produce su floración, apareciendo en las copas más elevadas las típicas piñas erectas, en tanto que las flores masculinas, de color pardo-rojizo, destacan en las puntas de las ramas inferiores.

Piñas de pinsapo

El pinsapar forma una amplia y variada gama de ecosistemas, ya que aparece como bosques puros de pinsapos o bosques mixtos en los que se mezclan con otros árboles propios de estas montañas (pinos, alcornoques y/o quejigos), dando cubiertas vegetales que van desde extensos matorrales con arboleda dispersa hasta apretados bosques de este emblemático abeto.